El poder transformador de dios en las prisiones

by Kirsten McKimmey on July 13, 2018 in Great Commandment

Con un corazón por los oprimidos, el Dr. Ted Lindwall ha atesorado estas palabras de Jesús con completa sinceridad, permi- tiendo que impulsen su ministerio— reunirse con presos a lo largo de Texas para plantar lo que se conocen como “Iglesias Filipos”.

Las Iglesias Filipos son grupos de presos que se reúnen para orar, adorar y testi- ficar del amor y el poder de Dios dentro de las prisiones, tal y como Pablo y Silas lo hicieron durante su encarcelamiento. A pesar de que las Iglesias Filipos por lo regular son más pequeñas que las iglesias tradicionales, son mucho más activas. Se reúnen todos los días para cantar, orar y estudiar la Biblia. Ellos deben ser la influ- encia más grande dentro de la unidad para ayudar a los presos con sus problemas, fomentando la obediencia y resolviendo conflictos entre otros presos.

EL HOMBRE DETRÁS DEL MINISTERIO

Dr. Lindwall sirvió como misionero en Guatemala con la Junta de Misiones Inter- nacionales durante 45 años. Allí desarrolló una serie de materiales de estudio bíblico, diseñado para personas sin ningún tipo de conocimiento previo de las Escrituras. Lindwall explicó que los materiales son interactivos y simples. Uno se sienta con una persona o grupo, leen una historia bíblica y son guiados a través de una serie de preguntas para entender la historia.

En el 2005, cuando Lindwall terminó su tiempo en misión en Guatemala y se mudó a Texas, él descubrió que estos materiales podían ser usados para un ministerio completamente diferente dentro de las prisiones.

La primera prisión que Lindwall visitó fue la Cárcel del Condado de Collin, en el 2008, donde preguntó acerca de trabajar con hombres hispanos, quienes componían aproximadamente el 35 porciento de la prisión. Allí nació el ministerio.

Durante una de sus primeras reuniones con los hombres en la Cárcel del Condado de Collin, Lindwall recuerda: “El Señor me dio un mensaje extraño. Había un grupo de como 20 hombres hispanos, y les dije:

‘He venido a entrenarlos para que sean misioneros’. Bueno, ellos ni se inmutaron’”. Entonces, comenzó a entrenarlos enseñán- doles cómo usar los materiales que había desarrollado en el extranjero, asegurán- dose de explicar tres creencias f undamentales- “Jesucristo es Señor, la Biblia es la Palabra de Dios, y Dios responde a las oraciones”.

Lindwall continuó: “Los hombres inme- diatamente llevaron los materiales a sus dormitorios y comenzaron a enseñarlos por toda la cárcel. Fue una respuesta maravillosa. En el proceso, se convirtieron en cristianos y las personas a quienes enseñaban se convirtieron en cristianos. Hemos tenido un avivamiento continuo en la cárcel desde entonces”.

UN ESFUERZO CONJUNTO

Después de que Lindwall y otros voluntar- ios se abrieron camino en alrededor de 15 prisiones, él se acercó a Mario González, director of Congregaciones Bautistas de Texas en Hogares/Apartamentos, pidiendo ayuda según el ministerio crecía más allá de su capacidad. Los Bautistas de Texas oficialmente comenzaron a colaborar con el ministerio en el 2014.

Existe un potencial inmenso, pero con frecuencia olvidado, para alcanzar a los perdidos adentro de las prisiones”, dijo David Miranda, intermediario para los Ministerios Filipos. “El enfoque de los Ministerios Filipos es equipar a los que se encuentran en las prisiones para compartir su fe, discipular e iniciar iglesias. A través de nuestras cartas y corresponden- cia con los presos, hemos visto su hambre por la Palabra de Dios y pasión por propa- gar el Evangelio”.

Desde que la colaboración comenzó, la obra ha continuado creciendo tremenda- mente. Hay Iglesias Filipos en más de 50 cárceles a través del estado. Sin embargo, con solamente seis voluntarios externos ayudando dentro de las prisiones, existe una tremenda falta de personal. Para que la visión de tener una Iglesia Filipos en cada prisión en Texas sea una realidad, se necesita mucha más ayuda. Una solución es colaborar con otros ministerios que ya existen en las prisiones.

“A diferencia de la mayoría de las orga- nizaciones, podemos unirnos a otras personas que ya están trabajando en las prisiones”, dijo Lindwall. “Ellos pueden continuar con su ministerio actual y ser nuestro contacto para proveer materiales de estudio bíblico en la prisión”.

Él continuó: “Cuando esto sucede, el ministerio de los obreros se enriquece porque, no es solamente lo que están haciendo durante una hora y media con los presos, sino que con nuestros mate- riales, los presos son capaces de crecer y ministrarse unos a otros. Es realmente un cumplimiento de su llamado, cualquiera que ese llamado sea”.

Otra solución es iglesias e individuos colaborando con estos presos, auspiciando su Iglesia Filipos. Estas colaboraciones proveen a una Iglesia Filipos con una Biblia de estudio, un diccionario bíblico y un año de materiales de discipulado individual en el lenguaje de preferencia del preso. Junto a esto, se anima a que las iglesias comiencen un ministerio de oración o un ministerio de corresponden- cia con los presos.

“Con estos ministerios, los presos saben que tienen un amigo a quien escribirle”, dijo Lindwall. “Y, según oramos por los presos, podemos compartir peticiones de oración con ellos, para que ellos también oren por nosotros”.

MINISTERIO ACTUAL

Lindwall actualmente trabaja en dos cárceles. Los presos con frecuencia le dicen que durante el curso de un año ellos leen toda la Biblia tres o cuatro veces.

“Uno ve a estas personas creciendo de una manera tremenda. Les digo a todos que la cárcel es un paraíso espiritual. Estos presos han perdido todo, pero lo que sí tienen es tiempo”.

De hecho, los presos en la Cárcel del Con- dado de Fanin le han dicho a Lindwall que, si no hubieran caído en la prisión, nunca hubieran conocido acerca de Dios. “Es un ministerio poderoso, y es un gozo ser parte”, él dijo.

“Y, es interesante que las únicas personas que he visto ir como voluntarios a las cárceles son cristianos. El resto del mundo como que los abandonan. A pesar de que el mundo tiene poco uso para los presos, Jesús les dio importancia cuando dijo: ‘Estuve en la cárcel, y me visitaron’”.

Para información adicional en cómo usted o su iglesia pueden colaborar con una iglesia filipos, visite texasbaptists.org/philippi.

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