Roger & Diana Hartsill

Vienna, Austria

Maria* is a native-Brazilian who resettled in Vienna, Austria. One day, she felt God calling her to a very specific mission: to share Christ with Persian-speaking people from Iran. At the time she did not even know any Iranians. But within a week of hearing God’s call, Maria met a young woman from Iran. She invited her new friend to study the Bible with her, and soon others joined them.

After the small Bible study grew to 100 people — some native Austrians, some Iranian, Afghani, and Vietnamese. Maria called on IMB missionaries Roger and Diana Hartsill* for help discipling these new believers. The Hartsills first served in South America, then relocated to Austria for the specific purpose of mobilizing South Americans, like Maria, to witness to newcomers from around the world.

With their help, a new church was started — a church composed of people from many lands, speaking many languages, but united in their love for Jesus Christ.

Our church supports IMB missionaries like the Hartsills through our gifts to the Cooperative Program. Let’s pray for the work of our European missionaries as they plant new churches and disciple new believers.

*Name changed

Roger & Diana Hartsill

Viena, Austria

María* es natural de Brasil y se fue a vivir en Viena, Austria. Un día, ella sintió que Dios la llamaba a una misión muy específica: compartir a Cristo con personas de habla persa naturales de Irán. En ese momento, ella no conocía a ningún iraní. Pero, dentro de una semana de haber escuchado el llamado de Dios, María conoció a una joven de Irán. Ella la invitó a estudiar la Biblia con ella, y pronto otros se les unieron.

Después de que el pequeño grupo de estudio bíblico creció a 100 personas—algunos naturales de Austria, otros de Irán, Afganistán, y Vietnam, María acudió a los misioneros Roger y Diana Hartsill* para ayuda discipulando a estos nuevos creyentes. Los Hartsill sirvieron primero Suramérica y entonces se relocalizaron en Austria para el propósito específico de movilizar a suramericanos, como María, para testificar a los recién llegados de alrededor del mundo.

Con la ayuda de ellos, se comenzó una iglesia nueva—una iglesia compuesta de personas de diferentes países, de muchos idiomas diferentes, pero unidos por su amor por Jesucristo.

Nuestra iglesia sostiene a misioneros de la Junta de Misiones Foráneas como los Hartsill a través de nuestras ofrendas al Programa Cooperativo. Oremos por la obra de nuestros misioneros europeos según plantan nuevas iglesias y discipulan nuevos creyentes.

*Nombre cambiado