El mundo está turbado. Plagado deconfusión, violencia, frustración y división, parece haber una ansiedad e irritabilidad general en el aire. Esta semana he escuchado a muchas personas expresar lo abrumadas que se sienten. Yo también siento la tensión.
El sábado pasado me reuní con un grupo de veinte personas de la First Baptist Church Covington, su pastor, Dr. Eric Black, un grupo de estudiantes de la Facultad de Servicio Social Garland de la Universidad de Baylor, y Gaynor Yancey, profesora de servicio social y directora del Center for Family and Community Ministries.
En la mañana hablamos de una serie de preguntas que revelaron el corazón de la iglesia.
¿Cómo se ha movido Jesús en medio de este cuerpo de creyentes y a dónde los está guiando a servir y a relacionarse los unos con los otros?
Fue una linda mañana –un tiempo de reflexión, de planear en oración y de celebración. En medio de este proceso la Dra. Yancey hizo una declaración en la que no puedo dejar de pensar: Andar el camino.
Explicó que antes de que los creyentes fueran llamados cristianos, se les llamaba seguidores del Camino; es decir, el camino de Jesucristo.
Por ejemplo, en Hechos 9:2 antes de su conversión, Saúl busca a “cualquiera que perteneciera al Camino, hombres y mujeres” para capturarlos.
Hoy tenemos la oportunidad de andar el Camino, tal y como lo hizo la iglesia primitiva.
En el curso de la conversación en FBC Covington, frecuentemente regresamos al tema del amor. Compartimos cómo experimentar el amor, el de Dios y el de otros, nos transforma individual y colectivamente.
Cuando realmente tenemos esperanza en Jesús y tomamos su vida y muerte con seriedad, esto cambia la manera en que pensamos, creemos y actuamos. No podemos continuar en nuestro propio camino. Dios se hizo hombre y vino a la tierra, y si lo tomamos en serio, las cosas tienen que ser diferentes.
Al andar el Camino de Cristo hoy día:
No temamos cuando el Camino nos parece contracultural. No temamos cuando el Camino cuestiona lo tradicional. No temamos cuando el Camino significa estar quietos y escuchar. No temamos cuando significa hablar con verdad y gracia. No temamos cuando el Camino nos lleve a amar –amar radicalmente. No temamos andar el Camino juntos.